Es de destacar la inexistencia de la moneda en el período estudiado del Antiguo Egipto, ésta no fué acuñada hasta la Dinastía XXVI y por influencia de mercaderes griegos asentados en tierras africanas, lo que no significa que no se contase con dinero, entendido como una mercancía de valor estandarizado al que remitir el valor de otras mercancías. Tal es el caso del grano de cereal, así como la plata y el cobre.
El trueque es el medio de cambio popupar. Siendo esto un eficaz método cuando la mayoría de las necesidades básicas se podían intercambiar.
El grano y el aceite se utilizaban como moneda de cambio, cuya ventaja residía en que eran productos alimenticios almacenables.
Durante los períodos de hambruna, bastantes frecuentes, uno no se moría de hambre si tenía algunos "ahorros".
Estos períodos eran propicios para, los que tenían productos almacenados de reserva, subir en su escala social.
La desventaja de este método es evidente, almacenar grano implicaba tener instalaciones apropiadas y se corrían los riesgos de pérdida por inundaciones, incendios, pestes, insectos, ratas, etc. Además,los almacenes no se podían ocultar a los recaudadores de impuestos (tampoco a los ladrones).
No hay constancia que en la civilización del Imperio Antiguo existieran centros o mercados adecuados para el intercambio. Aunque si en el Imperio Nuevo, en algunas tumbas (Ipy y Kenamum) se han encontrado imágenes de intercambio, la llegada de barcos cargados de mercancías da lugar a la presencia de mujeres sentadas en taburetes y rodeadas de mercancías propias (pescado, hortalizas, panes, vasijas de bebida), son escenas de intercambio y trueques, aunque no es posible asegurar que esto signifique un mercado o centro definido como tal.
Las transacciones entre particulares eran trueques, cambio de bienes que cada uno poseía y el otro necesitaba, estos trueques, entre bienes intercambiables, se realizaban remitiendo su valor a estandares (unidades de grano, plata o cobre, principalmente), lo que permite tratar como si fuera con dinero.
El gobierno centralizado daba al trabajador material para su sustento a cambio de su trabajo. En los papiros administrativos aparecen referencias a estos abonos habitualmente en forma de grano, sea de trigo-emmer para el pan o de cebada para la cerveza: Un jefe de equipo, por ejemplo, podía recibir 5 ½ khar de trigo-emmer y 2 khar de cebada mensualmente y, dado que cada khar equivale aproximadamente a 91 litros, ello quiere decir que su salario mensual era de unos 500 litros del primer grano y unos 180 litros de cebada.
Nota: En el Imperio Nuevo, la función del Segundo Profeta de Amón, se pagaba aún en especies.